domingo, 9 de enero de 2011

¡Soy tuya! ¿Soy tuya?

Declaración por amor cuadruplicado

Oh- bella Susanita- mi tesoro,
necesito decirte que te adoro.
¿No quieres ser mi novia
hasta la muerte?

Contéstame prontito; dame suerte.
(Pero si yo te disgusto, no te aflijas.
No voy a odiarte porque no me elijas…
Sólo espero que me hagas un favor:
pases estos versos a Leonor.
Y si tampoco quiere ser la novia mía…
entonces a Cecilia y a María).


Elsa Borneman 


Leemos que dicen, los que saben, que “el amor no es una relación con una persona específica, es una actitud, actitud que determina el tipo de relación de quien ama con el mundo como totalidad, no como objeto amoroso” (Erich Fromm).

Sin embargo en el amor erótico hay una exigencia de exclusividad que no existe ni en el amor fraterno ni en el amor materno. Generalmente el objeto amoroso es monopolizado por su pareja en el mundo occidental adonde nos toca caminar. Esta exclusividad del amor erótico puede ser discutible:

¿Por qué, estando emparejados, no debemos tener encuentros con una tercera persona?


Quizá esta exigencia sea un síntoma de inseguridad que se manifiesta con el acto reflejo de poseer. Tal vez sea una mera pulsión del individuo en su lucha por ser exitoso en el mercado capitalista. Cuanto más tienes, más te cotizas.

Dijo Fromm: “El mundo es un enorme objeto de nuestros apetito, una gran manzana, una gran botella, un enorme pecho; todos succionamos, los eternamente expectantes, los esperanzados - y los eternamente desilusionados -. 

Nuestro carácter está equipado para intercambiar y recibir, para traficar y consumir; todo, tanto los objetos materiales, como los espirituales, se convierten en objeto de intercambio y de consumo." 


Entonces, ¿esto que siento es  realmente amor?

autor: gloria llopiz


No hay comentarios:

Publicar un comentario